Vivir lo vivido

Cuando los sueños

vayan terminándose al compás

de estos huesos que tiemblan

al acercarse el invierno.

Cuando otro ataque a la razón

desestabilice mis sentidos

y los colores se conviertan

en un gris amasijo.

Cuando mis dedos agarrotados

escriban su último verso,

aún seguirá brillante esa fiel estrella

testigo de nuestros delirios ciegos.

Porque fui feliz

de vivir contigo lo vívido.

Cuando la fuerza de mi voz

sea solo ya una fugaz y última exhalación.

Cuando el pez gordo

haya arrasado con todos los pecesillos

y moribundo aletee en las arenas del desierto...

te seguiré queriendo

porque fui feliz de vivir contigo

lo vívido.